Representan a una de las instituciones más lozanas del atletismo metropolitano, que a su vez tiene en su ADN genes de “la vieja escuela”. De esa esencia y de esa cultura de Los Chamanes hablaron el entrenador Juan Echevarría y los jóvenes atletas Pilar Juárez, Manuel Juárez y Mateo Durán, en una nueva emisión del ciclo de “Diálogos en Vivo de FAM”, que se transmitió (y puede volver a reproducirse) por el canal de Instagram Tv de la federación (@webfamok), con la conducción del periodista y atleta Ezequiel Brahim.
“Los Chamanes se fueron dando solos, se fue sumando gente que buscaba mejorar el rendimiento. Y así un día éramos más de 45 atletas de todas las edades. Fue mágico como se fue construyendo una `Mística Chamánica’”. Con esas sentencias jugosas en cada frase espontánea que esgrime, presentó a la agrupación atlética su mentor deportivo, Juan Echevarría, quien en 2017 –junto a un numeroso equipo de padres de atletas de categorías formativas- fundaron una institución que va en franco crecimiento.
“El proyecto es lograr jóvenes deportistas que lleguen a tener una trayectoria”, porque “mi visión es llegar a tener gladiadores en la pista, que eso después se refleja en la vida”, explicó Echevarría, quien además divulgó que “el nombre lo hicimos entre todos. Viene porque yo soy masajista, y en mi familia arrancaron diciéndome que era un Chamán, y cuando decidimos hacer el equipo de atletismo algunos dijeron por qué no ponerle Los Chamanes, ya que somos una comunidad, y así quedó”.
Así de particular fue el nacimiento del club -que se mixtura en ser un centro de formación de deportistas y personas junto con un espacio de preparación de atletas Masters-, como también lo fue el comienzo de la historia de vida deportiva de Juan Echevarría, ya que en 1997 se inició corriendo con gente de la agrupación Costanera Sur, donde conoció al quíntuple campeón nacional de maratón, Toribio Gutiérrez, la persona –que sin saberlo en ese momento- le abrió la gran puerta de ingreso hacía el atletismo.
“Toribio Gutiérrez me llevó a probarme a los Ñandúes donde estaba Manuel “Manolo” Rivera. Hasta ahí no conocía lo que era una pista de tartán y de pronto me encontraba en el CeNARD corriendo con Toribio, el Indio (Oscar) Cortínez, el Negro (Marcelo) Medina y Jorge Cacho Gauna. Ellos giraban el kilómetro a 4 minutos en el pre-calentamiento y yo que venía de correr fondo en la calle, no entendía nada”, recordó jocosamente Echevarría, quien se certificó como entrenador, preparador físico y masajista.
En Los Ñandúes, fue donde el multifacético referente de Los Chamanes comenzó a forjar su destino profesional en el atletismo: “En 2004, después de haber corrido algunos medio maratones, hice un curso de preparación física de alto rendimiento y Manuel Rivera –aclaración mediante de que no lo tuteaba por respeto- me dijo que no tenía a nadie que lo ayudara, y ahí empecé haciendo preparación física de alto rendimiento con los juveniles”.
De a poco Echevarría se fue convirtiendo en el discípulo de aquel gran entrenador y fundador de una de las más reconocidas escuelas de medio fondo y fondo argentino: “En 2007, Manuel hizo una carta en la que me nombraba como entrenador y delegado de los Ñandúes, no lo podía creer, lloraba de la alegría”, relató Juan, sin omitir la ocasión en la que Rivera, a pocos días de su retiro –aquejado por inconvenientes de salud- le pasó la posta.
“Un día Manuel me dio su carpeta y su reloj. El peso fue terrible, tanto que al mes me lesioné”, rememoró entre risas en la charla en vivo con Ezequiel Brahim, por el Instagram de FAM @webfamok.
Otra anécdota que reflotó el entrenador fue: “Manuel me dijo: Si usted quiere ser entrenador de atletismo, entonces tiene que estar abocado a esto todos los días”.
Esos valiosos conceptos y enseñanzas, Echevarría las volcó con el tiempo en sus pasos por las agrupaciones Spinelli Training y Parque Chacabuco, hasta recalar en su propio proyecto en Los Chamanes, donde “a veces hay chicos que llegan sin tener zapatillas y con los padres hacemos colectas y sorteos para obtener fondos y hacer que todos puedan participar”, porque “seguimos la vieja escuela que me transmitió Manuel”, manifestó.
Ese costado social de la agrupación “chamánica” también ocupa un lugar preponderante que trasciende las pistas, dado que sus integrantes colaboran con frecuencia junto al Centro de Actividades Educativas Camino (ONG abocada a la socialización y deporte para personas con discapacidad mental) en acciones que consisten en donar y entregar alimentos no perecederos, ropa y juguetes en barrios carenciados.
“Los Chamanes es una sociedad donde los padres, amigos y atletas están detrás de todo esto. Todos cumplen un rol muy importante donde se mezcla lo competitivo con lo social. Sin ellos sería imposible sostener la agrupación”, argumentó Echevarría, que concluyó la entrevista diciendo: “Tengo mucho que agradecerle a mucha gente, me acuerdo de cada uno de ellos, que me apoyaron en diferentes momentos”.
Ese espíritu de Los Chamanes, que forma parte de una cultura y de un espacio de pertenencia, es el que también sienten sus jóvenes atletas y así lo dejaron en claro los tres que también se unieron a la charla en vivo con FAM.
“Desde las marcas hasta la comida, todo es Chamánico”, recoció Pilar Juárez, la velocista de 18 años, que adujo “Una de las principales causas que me llevan hacer atletismo es el grupo que te mueve, porque sin el apoyo de los padres, compañeros y de los entrenadores es imposible seguir adelante, y por suerte eso en los Chamanes siempre lo tuvimos”.
Pilar se inició en el atletismo en 2015, en la Asociación Parque Chacabuco, lugar donde se desempeñaba como entrenador en aquel entonces Juan Echevarría. De aquel momento la atleta recordó: “Cuando arranqué hacía 600 y 800 metros y en U18 pasé a correr 100 y 200 metros, aunque lo sentía muy corto. Después probamos con 400 metros” y pese a que “en esa distancia se sufre, causa un amor-odio, me quedo con los 400”.
La elección de Pilar pareció ser la correcta, porque en la temporada 2019 logró consagrarse campeona metropolitana U18 de 400 metros y representando a FAM fue Subcampeona Nacional U18 de la misma distancia en Córdoba (61s81). Además cerró el año como líder del ránking metropolitano de 400 metros de la categoría U18, con 60s58.
Asimismo, la velocista no es la única de la familia que optó por dedicarse al atletismo, sino que también lo hizo su hermano menor, Manuel Juárez, que tiene 12 años y el año pasado también tuvo una sobresaliente temporada en la que encabezó el ránking metropolitano de 200 metros de la categoría U14 (26s69) y terminó segundo en 400 metros (61s50).
“Acompañé a Pili a entrenar, probé y me gustó”, contó el más pequeño de los Juárez, en el vivo de la federación, quien se definió en la comparación con su hermana como el “más competitivo” entre los dos.
En concordancia con esa oración, Pilar lo graficó con una anécdota graciosa: “Con Manuel entrenamos muchísimo juntos la misma distancia, pero él siempre me quiere ganar”. “En la preparación del nacional, en un testeo de 400 metros, Manuel me iba hacer de liebre. Él al principio iba corriendo lento y yo estuve adelante casi toda la carrera, pero al final remató y me ganó. Con Juan no lo podíamos creer, porque no era la idea”.
Por su parte, otra de las jóvenes promesas de la escuela de Los Chamanes que dejó sus sensaciones en la 14° transmisión consecutiva del ciclo de “Diálogos en Vivo”, con los protagonistas del atletismo metropolitano, fue Mateo Durán, el corredor de 16 años que en la temporada anterior fue el primero del ránking metropolitano U16 de 400 metros (53s45) y de 600 metros (1m28s31), además de terminar segundo en el de 200 metros (24s).
“Me gustan más los 400 (metros) porque el 100 (metros) lo sufro más. Y los 600 metros tienen un toque especial en los últimos 200 metros”, argumentó Durán, que “desde chiquito me encantaba correr y quería hacerlo”.
Al poco tiempo, Mateo convirtió esa ilusión lúdica en un aspecto más comprometido: “Juan me hizo hacer un testeo de 400 metros donde hice un minuto y ahí me dijo que tenía potencial para esa distancia”, manifestó el deportista que añadió: “Siempre quiero mejorar mi marca a toda costa, soy muy competitivo”.
Al igual que su entorno, los resultados también lo acompañaron a Durán. Tras acceder al podio del campeonato metropolitano se adjudicó la clasificación al certamen nacional de la categoría U16 que se disputó en Córdoba a fines del 2019, acontecimiento del cual narró: “A mi primer nacional fuimos todos juntos con mi familia en auto. Me hice amigos de todos lados y antes de competir estaba muy nervioso, hasta el momento del disparo que me relajé y corrí. Y me quedé muy conforme con el segundo puesto”.
Reviví esta charla completa y todas las del ciclo de “Diálogos en Vivo de FAM”… ingresando al IGTV de FAM: @webfamok