Como cada semana el ciclo de “Diálogos en Vivo de FAM” nos trae nuevas historias de vida sobre los protagonistas del atletismo metropolitano y sus instituciones. En la última transmisión, que puede volver a reproducirse por el Instagram Tv de FAM (@webfamok), cuatro referentes del atletismo del Polideportivo de Garín, como lo son sus entrenadores Javier Amarillo y Melina Abad, y los atletas juveniles Vicente Gómez y Tobías Pereyra, charlaron con el conductor del espacio, Ezequiel Brahim, y dejaron inspiradoras reflexiones.  

“Fundamentalmente somos formadores de personas más allá de las marcas de nuestros atletas”. “Uno a veces no se da cuenta el cariño que puede generar en la gente”. Estas dos frases, que si bien pueden ser un denominador común y un resumen del sentimiento que atesoran los entrenadores metropolitanos que se expresan en cada emisión de Diálogos en Vivo, cobran un significado especial cuando se desprenden de la boca del profesor Javier Amarillo, porque llevan consigo una relevante historia de autosuperación e inspiración que sobrepasa los límites de una pista o un campo.

Amarillo conoció el atletismo desde que era un chico, a los 13 años, y por insistencia de su hermana que lo arengaba para que lo practique. En paralelo jugaba al fútbol en las divisiones inferiores del Deportivo Armenio (club que a fines de los años 80 tuvo paso por los torneos de primera división A). Aunque una lesión de ligamentos lo alejó del todo de las canchas, pero -tras su recuperación- lo acercó definitivamente a las pistas.

“Una vez que empecé a correr me gusto, largué los botines y me quedé con el atletismo”, sostuvo el ahora entrenador, y uno de los autores intelectuales y materiales de la fundación del Polideportivo de Garín en 2010 (junto con el actual vicepresidente y juez de FAM, Daniel Porrazzo), institución que tiene sus raíces en la escuela de atletismo municipal de la localidad de Escobar.

En su etapa formativa, Amarillo pasó por varias pruebas de pista y campo, pero sus preferidas fueron las de velocidad: 200, 300 y 400 metros. Su primer club fue la Agrupación Atlética El Talar de Tigre donde tuvo de entrenador al reconocido Abel Acevedo de quien guarda los mejores recuerdos: “Abel fue un formador en mi vida más allá del deporte, como un segundo padre, que me marcó en la vida”.

Más tarde la etapa atlética de Amarillo siguió por unos años por el club Martín Fierro de Tigre “donde hice la parte de salto en largo y en alto”, recordó.

Luego de haber terminado el colegio secundario optó por seguir los pasos de su gran mentor: “A través de Abel me gustó tanto el atletismo que decidí seguir el profesorado de educación física en el INEF Manuel Belgrano de San Fernando”. Allí también se encontró con “grandes formadores que me marcaron y me guiaron como Horacio Orlando, César Roces y Ariel Tejera”, destacó.

Ese aprendizaje, Amarillo pronto lo implementó en El Talar, su primer club. Ahí se unió al emprendimiento deportivo y social de Acevedo, que se había quedado con el trabajo de formación, mientras que él se dedicaba a la fase de alto rendimiento de los jóvenes federados que llegaban a entrenarse al CeNARD.

Hasta ahí todo iba por sus carriles normales hasta que en junio de 2002 la vida de Javier Amarillo inesperadamente tomó un sentido inesperado a partir de un accidente automovilístico en la ruta que lo conducía hacia a una escuela rural en Pilar donde brindaba clases.

“Estaba en un momento bárbaro, habíamos logrado federar a El Talar y el accidente me cambió el rumbo de la vida. Fue muy grande, pero agradezco estar vivo. Fue un milagro que haya podido sobrevivir y estoy feliz de haber podido salir de eso que fue muy complejo”, relató Amarillo y agregó: “Tuve la amputación de una pierna, porque había factor de riego de vida si se daba una trombosis y decidimos priorizar la vida antes que la pierna”.

Pese a lo traumático que fue transitar aquella etapa, Amarillo prefiere resaltar todo lo positivo que llegó a su vida después de ahí: “En muy poco tiempo pude volver a caminar. El accidente me dio una mirada diferente de la vida. Tuve la capacidad y la posibilidad de mirar atrás del accidente y me descubrí internamente. Descubrí el cariño y el amor del entorno. Fueron muchas cosas las que hicieron que pudiera salir adelante y que pudiera evolucionar. Agradezco a la vida y a todos los que me ayudaron para que hoy en día pueda estar bien”.

Las exigencias físicas que lleva estar al frente de las clases de un deporte como el atletismo, exponiéndose al clima y a otras adversidades hicieron que el profesor se alejara por unos cuatro años de las pistas.

Sin embargo, la historia de vida de Javier Amarillo tuvo otro resurgimiento auspicioso: “Varios profes me insistieron para que vuelva ayudar con clases de atletismo y también los chicos me motorizaron para volver a dar clases. Y a partir del 2009 iniciamos el atletismo en Escobar y en el Polideportivo de Garín con el que seguimos hasta ahora”, concluyó el entrenador que conforma el área técnica de entrenadores de FAM y además se desempeña como director de un bachillerato para adultos.

Al referirnos acerca de los pilares principales de El Poli de Garín se resalta la formación de atletas y personas. Del reflejo de esa tarea también dieron cuenta en la última charla en Vivo por el IGTV de FAM, que fue conducida por el periodista y atleta Ezequiel Brahim, tres exponentes surgidos de la institución del norte metropolitano, como lo son la entrenadora – y ex lanzadora- Melina Abad y los jóvenes corredores Vicente Gómez y Tobías Pereyra.

“Trabajamos como escuela municipal de atletismo y estamos en distintos polideportivos. Con el tema del confinamiento social estamos trabajando con los chicos a través de zoom y así tratamos de que sigan enlazados con el atletismo”, especificó Abad, que finalizó su carrera atlética como lanzadora de bala la temporada pasada para darle continuidad a su nuevo rol como entrenadora de las categorías formativas, mientras termina de formarse también en el profesorado de educación física.

“Tenía ganas de ayudar desde antes de retirarme y tuve la experiencia de hacerlo en los torneos bonaerenses con el grupo de Escobar. Eso me hizo dedicar a la docencia y a querer ser entrenadora”, añadió Melina.

Sobre sus mejores recuerdos en su etapa atlética resaltó: “Desde 2012 hasta el año pasado, que fui al nacional de Mayores, formé parte de los equipos de FAM. La experiencia es encantadora, disfruté todos los viajes, conocí a muchos entrenadores y atletas, me llevé muchísimos amigos y colegas, y en varias oportunidades salí tercera en lanzamiento de bala”.

Por su parte, el fondista Vicente Gómez –de 18 años- contó que “empecé a los 13 años en la escuela municipal de Escobar y siendo Preinfantil pasé al Poli de Garín por donde probé todas las pruebas en velocidad, resistencia, salto en largo y lanzamiento de pelotita. Después pasé a hacer pruebas más largas y me fue bien en obstáculos. Durante tres años me quede ahí y clasifiqué para un nacional en el que salí tercero”.

En tanto, el velocista Tobías Pereyra (17 años) divulgó que en sus preferencias “me gusta más correr 100 metros, pero seguramente de más grande empiece a subir a los 400 metros”.

Esa elección estuvo basada en la grata experiencia que vivió el año pasado al ganar la competencia de los 100 metros en el torneo Evita, en Mar del Plata: “Mis amigos me vieron por la tele. En ese momento fue una emoción tremenda porque costó un montón llegar ahí”, sostuvo Pereyra.

Y sobre la agrupación, Pereyra aseguró que “los profes nos enseñan muchas cosas. Es muy lindo club. Disfruto todo del Poli. Hay mucho compañerismo que nos une a todos”.