Gentileza de Prensa CADA
A partir de la cuarta ronda del lanzamiento del martillo en Guayaquil, Joaquín Gómez (EMA de Avellaneda) pudo afirmarse y superar la línea del brasileño Allan da Silva Wolski, llevándose así la medalla de bronce con 71,32 metros (Allan quedó en 70.71). El 1-2 de Chile estaba asegurado, por los antecedentes y por la actualidad: Humberto Mansilla y Gabriel Kehr son los protagonistas de esta prueba en los últimos tiempos y venían de asegurarse la clasificación olímpica con marcas de 77.70 y 77.54 respectivamente en Temuco. En la edición anterior del Sudamericano (Lima 2019), triunfó Kehr y ahora fue el turno de Mansilla con una leve ventaja (75.83, sobre 75.18 del también campeón panamericano).
Esta era la tercera participación de Joaquín en los Sudamericanos de mayores, donde ocupó el cuarto puesto tanto en Asunción 2017 como en Lima 2019. Y le permite alcanzar un podio que ya tuvo como protagonista a su padre -y entrenador- Daniel desde fines de la década del 70: fue campeón en dos oportunidades (1977 y 1985).
El lanzamiento del martillo es una de las especialidades donde el atletismo argentino registra mejor historial en los Sudamericanos, logrando 29 títulos. Brasil y Chile suman 9, Uruguay 4 y Venezuela 2. En el caso de los chilenos, el gran trabajo que vienen efectuando en Temuco bajo la dirección del profesor Mario Saldías les ha permitido recuperar la hegemonía reginal (antes de Kehr, el último título correspondía a Alejandro Díaz en 1958).
El máximo campeón del historial de martillo -y máximo ganador individual en una especialidad en los Sudamericanos- fue el argentino Juan Ignacio Cerra, triunfador en 9 oportunidades consecutivas.
Foto: Joaquín Gómez, por Sebastián Lasquera (CADA)