Nota publicada en www.cada-atletismo.org
Con la jornada cumplida este lunes 31 de mayo en el Estadio Alberto Spencer, en Guayaquil, culminó la 52a. edición del Campeonato Sudamericano, el evento de mayor tradición y relevancia para el atletismo de nuestra región (y el que suele fijar nuestra posición en el ámbito más cercano).
Las mejores actuaciones argentinas de este último día correspondieron a los velocistas, en especial Nahuel Pinti y Franco Camiolo quienes avanzaron a la final de los 200 metros y establecieron allí sus mejores marcas personales. Pinti fue una de las revelaciones del equipo y logró el cuarto puesto -también lo había conseguido en 100- y sus 20s.93 representan el nuevo récord nacional u23. Camiolo, por su parte, quedó sexto con 21s32.
Entre las damas, María Florencia Lamboglia completó su intenso despliegue de estos días y cumplió su mejor performance al avanzar a la final de los 200 llanos, donde marcó 23s94 para obtener el cuarto puesto, tras sus participaciones -también como finalista- en los 100 llanos y 100 con vallas. Las pruebas de velocidad estuvieron dominadas nuevamente por los brasileños, con Felipe Bardi dos Santos y Vitoria Silva Rosa como máximos exponentes.
Otro que compitió en finales fue el recordman nacional y ex campeón sudamericano de los 400 vallas, Guillermo Ruggeri, y pese a su recuperación en la última recta no pudo entrar en zona de medallas, ocupando el 5° puesto con 51s88, en prueba ganada por el brasileño Mahau Camargo Suguimati.
Este Campeonato Sudamericano pudo concretarse después de múltiples dificultades y en medio de una situación dramática que viven nuestro país y la región, debido a la pandemia. La preparación de los atletas -además de sus duras circunstancias personales, como las que vive toda la población- se vio muy afectada. Por eso, es mucho más valorable (para nuestros atletas y para los de otros países que hayan podido llegar a competir en un compromiso como el Sudamericano, que es su punto de referencia). El covid afectó a varios integrantes de la delegación directamente y así, por ejemplo, atletas como el fondista Julián Molina (un candidato a podio) no pudo concurrir o el velocista Elián Larregina tuvo que frenar su preparación, tras su promisorio comienzo de temporada. Son algunos ejemplos.
Uno de los aspectos más importantes de este equipo es que se trató de la primera experiencia internacional para la mayoría de sus integrantes. Y en algunas pruebas, con señales alentadoras como ya se citó el caso de los velocistas (hay que incluir allí a Franco Florio, quien alcanzó la final de 100, aun cuando también una lesión retrasó todo su proceso preparatorio). O el atletismo argentino vuelve a tener dos lanzadores de bala de gran categoría, herencia directa de la notable campaña de Germán Lauro: Nazareno Sassia y Juan Ignacio Carballo llegaron al podio, afirmes sobre los 19 metros. Y los 19.79 de Sassia representan el nuevo tope nacional u23, sucediendo al propio Lauro en esa lista y con un inmenso futuro dados sus veinte años de edad.
Otro nombre que surgió con posibilidades es el vallista mendocino Renzo Cremaschi por sus 14s.04 en las eliminatorias de 110m, segunda marca del historial nacional. Quedó 7° en la final, en la que Agustín Carrera -nuestro recordman- produjo su mejor performance del año para terminar quinto.
De los valores ya consagrados y experimentados hay que resaltar, una vez más, la jerarquía de Germán Chiaraviglio y el coraje que derrocharon Federico Bruno y Florencia Borelli, ambos en las pruebas más difíciles, competitivas y emotivas de este Sudamericano. Chiaraviglio consiguió el único triunfo de la formación nacional y el cuarto de su campaña en salto con garrocha, quedando como el número 1 histórico de esa especialidad. Bruno tuvo que enfrentar al dueño del mediofondo en la región, el brasileño Thiago do Rosario André, un hombre con antecedente de finalista en el Mundial 2017 y que se mostró totalmente recuperado, en especial por su velocidad de remate (este lunes cerró su participación con el triunfo y récord de Campeonato sobre 800 metros, en 1m45s62). Bruno estuvo apenas a cuatro centésimas de su primado nacional de 1.500, dando batalla hasta los últimos tramos en esa distancia. Y lo mismo sucedió con Florencia Borelli frente a las hermanas Brea-Abreu, las venezolanas que exhibieron todo su poder desde 1.500 hasta 10 mil metros. La marplatense las enfrentó en 5.000, cediendo el título apenas en los últimos metros. Tanto en esa prueba como en los 10 mil se mostró en buena forma la chaqueña Marcela Gómez, en el marco de su preparación hacia el maratón olímpico.
El equipo argentino se marchó entonces con un título (Germán) y cuatro medallas de plata (además de las ya mencionadas, la de la posta mixta 4×400, disputada por primear vez). También se computan seis medallas de bronce (Ignacio Carballo, Carlos Layoy en alto, Mariana Borelli con su mejor marca en 1500, Joaquín Gómez en martillo y Belén Casetta en obstáculos, además de Juan Cano en la marcha de 20 mil metros donde el jurado de apelación -tras cuestiones reglamentarias- decidió que compartiera el tercer puesto con el ecuatoriano Jonathan Amores). En el puntaje por equipos, ampliamente dominado por Brasil, delante de Colombia y Ecuador, Argentina quedó en el cuarto puesto. Y con el sentimiento de inmenso agradecimiento al joven argentino que posibilitó su participación aquí, en medio de tantas dificultades, Santi Maratea.
Foto equipo de posta mixta 4x400 – Medalla de Plata: por Sebastián Lasquera /CADA