Fuente y fotografía crédito de prensa CADA
Después de 48 años cayó el más antiguo de nuestros récords nacionales absolutos en pruebas clásicas: la 4×100 femenina. Durante las eliminatorias de este jueves 2 de noviembre en el Estadio Nacional de Santiago de Chile, al iniciarse otra jornada atlética en los XIX Juegos Panamericanos, el equipo integrado por Belén Fritzsche, Florencia Lamboglia, Melanie Soledad Rosalez (las tres pertenecientes al club Quirón) y la oriunda de Carlos Paz –Córdoba- María Victoria Woodward cronometró 44s72 y ocupó el segundo puesto de la serie 1, ganada por Ecuador con 44s34. Estados Unidos quedó tercero con 44s83 y luego se ubicaron República Dominicana con 45s05 y Bolivia con 45s85.
Las velocistas argentinas –orientadas por el profesor Javier Morillas- batieron así la legendaria marca de 44s90 que otro equipo nacional había fijado el 20 de octubre de 1975 durante los Panamericanos de México. Lo integraban Belkis Fava, Ángela Godoy, Liliana Rosa Cragno y Beatriz Allocco.
La nueva cuarteta de recordistas -con Casetta en ese momento en lugar de Rosales- ya se había acercado con 45s14 durante el Sudamericano de Sao Paulo de este año.
Lamentablemente, Woodward sufrió una caída al cruzar la meta, y por el fuerte golpe -que requirió de inmediata atención médica- que hizo que pueda estar disponible para la final que se correría más tarde, por lo cual la Argentina no logró participar allí en la lucha por las medallas. En la segunda serie se impuso Cuba con 43s63, seguido por Chile (44s35), Colombia (44s67) y Brasil (44s71).
Woodward fue atendida de inmediato y llevada a un centro médico donde, finalmente, se le dio de alta.
No se pudo celebrar en ese momento, pero igualmente ahora se puede percibir la valía de lo conseguido.
En la final, el título quedó para Cuba con 43.72, mientras que Chile –en la continuidad de su gran actuación panamericana- logró la medalla de plata con 44.19 y un nuevo tope para su país. El bronce fue para República Dominicana con 44.32.