Con más de 20 títulos en mayores y en plenitud desde 1987, Vanesa Wohlgemuth sigue brillando en las pistas de atletismo con los colores de Quirón y de la Federación Atlética Metropolitana (FAM) en campeonatos nacionales.
Sus records en 100 metros llanos y en la posta 4x100 obtenidos en el 2004 todavía siguen vigentes, como ella cada vez que compite.
Vanesa Wohlgemuth hoy cumple 40 años (nació el 12 de octubre de 1976), sin embargo ella no se relaja: “La clave para seguir manteniéndome en los primeros lugares es buscar cumplir con un equilibrio entre el orden, el entrenamiento, la nutrición y la recuperación”.
En la categoría master, Vanesa marcó otro récord nacional y sudamericano en 100 metros, con 12s09, mientras que en los 200 metros alcanzó un registro de 24s44, ubicándola primera en el ranking de mayores de la Confederación Argentina de Atletismo (CADA).
Pero los resultados no fueron producto del azar, sino de interminables entrenamientos que pusieron a Wohlgemuth entre las mejores de país, una constante que se mantiene con el pasar de las temporadas.
“El balance de la temporada es positivo, logré mantenerme estable y mejorar mis marcar, tanto en la primera etapa del año como en la segunda”, argumentó Wohlgemuth, quien fue una de las primeras figuras en federarse para Quirón, luego de haber transitado por Ferro Carril Oeste, una histórica institución que estuvo afiliada a la FAM.
Sin el respaldo económico para poder participar en el Mundial de Perth, Australia, sus objetivos cambiaron, enfocándose principalmente en los torneos locales que promueve la Federación Atlética Metropolitana (FAM).
Asimismo, a la hora de mirar hacia adelante y observar el semillero, Vanesa expresa: “Vi buenos resultados en diferentes pruebas. Con apoyo y contención para que puedan tener una base y llegar de manera más óptima a las competencias, hay para ilusionarse”.
Finalmente, con el recuerdo del apoyo del record de 100 metros, rememoró: “Fue un objetivo que busqué decididamente. Estoy segura que con apoyo, la marca podría haber sido mejor. En aquella época trabajaba ocho horas diarias y tenía ya a mi primer hijo. Con la beca que tenía, no podía dedicarme solamente al deporte, alquilar una casa y criar a mi hijo, pero me brindé y di lo mejor que tenía para conseguirlo”.